viernes, 4 de mayo de 2012

Ella y las galletas griton.



Hay algo extraño en mi relación con las  galletas gritón: casi siempre las como porque las robé, al sentir que seria lo único que me podría subir el animo luego de alguna desmoralización, por alguna desición difícil no aprobada por el mundo. Un momento... de que carajo estoy hablando? Esto no tiene nada que ver. Resulta que estábamos ahí, todos, sentados, esperando no se que, como esperando a godot, algo que no sabíamos si vendría, ni siquiera supongo que sabíamos que de hecho estábamos esperando algo... Un momento, esto era lo que iba a contar? El asunto es que pasé por al lado de los puestos de pescado, aguantando la respiración y las miradas de la gente sentada en las veredas... Miradas de nada, PORQUE NADA EXISTE: SOLO EL PLACER. Y de hecho, me atrevería decir que al final, da lo mismo todo. Yo pasaba, recordando la historia contada en aquella piececilla sicodelica sicoactiva, la historia del buen ladrón y ¡NO TE LLEVES MI MÚSICA! Y CUIDATE Y TODO ESO. Y eso, para que escoger entre pespsi y coca cola si puedes tomar kontiki?
Chao, se me olvido todo.

Eso seria, he dicho
Miss.L

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