martes, 5 de julio de 2011
Solo por nostalgia.
"Al igual que la libido -una reacción química responsable del deseo sexual, que el doctor Freud había reconocido pero que ningún laboratorio había sido jamás capaz de aislar-, el vitriolo era destilado por los organismos de los seres humanos que se encontraban en situación de miedo, aunque continuase invisible en las modernas pruebas de espectrografía. Pero era fácilmente reconocible por su sabor, que no era ni dulce ni salado, sino amargo. El doctor Igor, descubridor aún no reconocido de este veneno mortal, lo había bautizado con el nombre de un veneno muy utilizado en el pasado por emperadores, reyes y amantes de todos los tipos cuando necesitaban desembarazarse definitivamente de una persona incómoda. Buenos tiempos aquellos de emperadores y reyes: en aquella época se vivía y moría con romanticismo. El asesino convidaba a la víctima a una espléndida cena, el sirviente entraba con dos hermosas copas, una de ellas con el vitriolo mezclado en la bebida: ¡cuánta emoción despertaban los gestos de la víctima tomando la copa, diciendo algunas palabras, dulces o agresivas, bebiendo como si fuera un vino embriagador, mirando sorprendida al anfitrión y cayendo fulminada en el suelo! Pero este veneno, hoy caro y difícil de encontrar en el mercado, fue sustituido por procedimientos mortales más seguros, como revólveres, bacterias, etc. El doctor Igor, un romántico por naturaleza, había rescatado el nombre casi olvidado para bautizar la enfermedad del alma que él había conseguido diagnosticar y cuyo descubrimiento en breve asombraría al mundo. Era curioso que nadie jamás se hubiera referido al vitriolo como un preparado tóxico mortal, aun cuando la mayoría de las personas afectadas identificase su sabor y se refiriese al proceso de envenenamiento como amargura. Todos los seres tenían amargura en su organismo, en mayor o menor grado, así como casi todos tenemos el bacilo de la tuberculosis. Pero estas dos enfermedades sólo atacan cuando el paciente se encuentra debilitado; en el caso de la amargura, el terreno propicio para el surgimiento de la enfermedad aparece cuando se crea el miedo a la llamada «realidad». Ciertas personas, en el afán de querer construir un mundo donde ninguna amenaza externa pueda penetrar, aumentan exageradamente sus defensas contra el exterior (gente extraña, nuevos lugares, experiencias diferentes) y dejan su interior desguarnecido. Y a partir de ahí la amargura comienza a causar daños irreversibles. El gran objetivo de la amargura (o vitriolo, como prefería decir el doctor Igor) era la voluntad. Las personas atacadas por este mal iban perdiendo la facultad de desear y en pocos años ya no Libro digitalizado por www.pidetulibro.cjb.net Libro digitalizado por www.pidetulibro.cjb.net 49 conseguían salir de su mundo, pues habían invertido enormes reservas de energía construyendo altas murallas para que la realidad fuese sólo aquello que anhelaban fervientemente. Al conjurar el ataque externo, habían limitado también el crecimiento interno. Continuaban yendo al trabajo, viendo televisión, protestando contra el tránsito y procreando, pero todo eso sucedía automáticamente y con l a ausencia absoluta de toda emoción interior porque, finalmente, todo se hallaba bajo control. El gran problema del envenenamiento mediante amargura residía en que las pasiones -odio, amor, desesperación, entusiasmo, curiosidad- también dejaban de manifestarse. Después de algún tiempo, ya no le restaba al amargado ningún deseo. No tenían ganas ni de vivir, ni de morir: ésta era la dramática situación. Por eso, para los amargados -definitivamente amargos-, los héroes y los locos eran siempre fascinantes: ellos no tenían miedo de vivir o morir. Tanto a los héroes como a los locos el peligro les era indiferente, y seguían adelante aunque las personas de su entorno intentaran detenerlos. El loco se suicidaba, el héroe se ofrecía al martirio en nombre de una causa, pero ambos morían, y los amargos pasaban muchas noches y días comentando lo absurdo y la gloria de aquellos dos tipos. Era el único momento en que el amargo tenía fuerzas para saltar sobre su muralla defensiva y mirar un poco el exterior; pero pronto las manos y los pies se cansaban, y él retornaba a su vida cotidiana. El amargo crónico sólo notaba su enfermedad una vez por semana: en las tardes de domingo. En esos momentos, como no tenía el trabajo o la rutina para aliviar los síntomas, notaba que alguna cosa andaba mal, ya que la paz de aquellas tardes le resultaba infernal, el tiempo no pasaba nunca y una constante irritación se manifestaba sin tapujos. Pero llegaba el lunes y el amargo pronto olvidaba sus síntomas, aunque protestara con energía contra el hecho de que nunca tenía tiempo para descansar y lamentara vivamente que los fines de semana transcurrieran con excesiva rapidez. La única gran ventaja de la enfermedad, desde el punto de vista social, es que ya se había transformado en una regla; por consiguiente, el internamiento ya no era necesario, excepto en los casos en que la intoxicación era tan aguda que la conducta del enfermo comenzaba a afectar a los otros. Sin embargo, la mayoría de los amargos podían continuar afuera sin constituir una amenaza para la sociedad en general o las personas en particular, ya que, por causa de las altas murallas edificadas alrededor de ellos mismos, se hallaban totalmente aislados del mundo, aun cuando pareciesen compartirlo."
Lo extraje del libro de Cohelo (este señor cada día me lava mas el cerebro) Veronika decide morir (Hay película también para los flojos para la lectura, aunque aun no la veo así que no se si logra rescatar lo esencial del libro). Creo que es una de las definiciones mas cercanas que he encontrado hasta ahora. Bonita y romántica idea sobre algo tan, precisamente amargo. Creo que pondré el link del libro completo, hay muchas personas que deberían leerlo y no solo por gusto.
http://bivir.uacj.mx/libroselectronicoslibres/Autores/PauloCoelho/Coelho,%20Paulo%20-%20Veronika%20decide%20morir%20%5Bspanish%5D%20%5Bwww.pidetulibro.cjb.net%5D.pdf
Y eso seria, he dicho
Miss.L
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